Sonata para piano D960 de Schubert

"Schubert consigue hacer de su última sonata una especie de canto continuo, ilimitado, tan largo, tan variado y tan denso, que da la impresión de infinito" (Marcel Schneider)
Romanticismo
Schubert (1797-1828)
  • D958, D959, D960
  • Diabelli 1839
  • Johann N.Hummel
  • Marcel Schneider
Retrato de Franz Schubert por Wilhelm August Rieder
Las últimas Sonatas para piano D958, D959 y D960 debieron ser compuestas en un momento duro para el músico, enfermo y sabedor de que no le quedaban muchos meses más de vida

Si debo confesar mi admiración por las tres últimas sonatas para piano de Beethoven, no es menos justo hacer lo mismo con las tres últimas sonatas para piano de Schubert. En particular, la Sonata para piano D960 de Schubert (D960) es una obra maestra. La D960 junto con las D958 y D959 son una auténtica obra de arte. En esta entrada voy a extenderme un poco más sobre la Sonata para piano 21 de Schubert D960.

Las últimas sonatas para piano de Schubert

Franz Peter Schubert (1797-1828) fue un músico con cierta mala suerte.

Primeramente, porque su temprana enfermedad (no se sabe si fiebre tifoidea o por una sífilis previa) le segó la vida con tan solo 31 años. En segundo lugar, porque procedía de una familia humilde con pocos recursos (a diferencia, por ejemplo de Felix Mendelssohn). Y en tercer lugar porque, a pesar de su prolífica producción musical de calidad, vivió tapado por la popularidad de Beethoven (que había fallecido 18 meses antes, en 1727) y el recuerdo de Mozart o Haydn.

El músico austríaco compuso 21 sonatas para piano. Las tres últimas, la 19, la 20 y la 21 fueron escritas entre la primavera y el otoño de 1828, en sus últimos meses de vida (Franz murió el 19 de noviembre de ese año) como un ciclo unitario.

En una carta a su editor Probst, fechada el 2 de octubre de 1828, Franz menciona que "Entre otras cosas he compuesto tres sonatas para piano solo, que me gustaría dedicar a Hummel […]. He tocado estas sonatas en diferentes lugares con gran éxito.

Editadas póstumamente

Curiosamente, y a pesar de su gran valor musical, como el resto de sus Sonatas para piano, cayeron en cierta indiferencia de los editores musicales. Estas tres últimas no fueron publicadas hasta unos diez años después de su muerte, en 1839 (Diabelli). Y lo fueron como obras póstumas en el catálogo de Otto Deutsch como las D958, D959 y D960.

En cuanto a su valor musical, por fuerza debieron ser compuestas en un momento duro para el músico. Franz a pesar de ser muy joven, estaba ya enfermo y probablemente sabía que no le quedaban muchos meses más de vida.

Así que, con toda probabilidad, estas composiciones no fueron pensadas para nadie más que para él mismo. Y como tales, son una especie de testamento musical para la posteridad, ya que no vieron la luz hasta 10 años después de su muerte.

Por todo ello, su belleza (especialmente la del segundo movimiento de la Sonata para piano D960 de Schubert) es especial, doliente y triste. Si no fúnebre y anticipatoria.

Subestimadas hasta el siglo XX

Curiosamente, estas tres Sonatas no fueron conocidas por el gran público hasta que el compositor y pianista austríaco Artur Schnabel (1882-1951) las comenzara a incluir en sus giras por todo el mundo.

Sonata para piano 21 de Schubert D960. Grabación en estudio de Sviatoslav Richter (Salzburgo agosto 1972)

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Sonata para piano D960 de Schubert

La Sonata para piano 21 de Schubert D960 está escrita en Si bemol mayor y es una obra de gran envergadura en cuatro movimientos de larga duración.

  • I. Molto moderato
  • II. Andante sostenuto
  • III. Scherzo: Allegro vivace con delicatezza – Trio
  • IV. Allegro ma non troppo – Presto

Curiosamente, dependiendo del intérprete, los dos primeros movimientos pueden tener diferencias en duración de más de cinco minutos. Sobre todo, en Sviatoslav Richter uno de los grandes intérpretes de esta Sonata para piano 21 de Schubert D960.

Movimiento primero. Molto moderato

El primer movimiento de la Sonata es de gran solemnidad. Puede alcanzar entre los 20 y los 25 minutos de duración en interpretaciones más lentas como las de Richter.

Comienza con un pegadizo y lánguido tema, que recuerda en melodía (no en tempo) a la segunda parte del Momento musical nº 1 del compositor. La mano izquierda acompaña con un suave martilleo y culmina cada abordaje con un temblor llamativo de las notas graves con la mano izquierda.

Luego le siguen pasajes arpegiados de la mano izquierda y un crescendo lento muy bello. El tema se desenvuelve por los típicos pasajes "cantabiles" de Schubert para volver varias veces a la melodía inicial tras varias vibrantes notas graves.

En algunas de estas revisitas Schubert cambia de tonalidad y/o de modo (menor / mayor) para dar mayor intensidad al conjunto. Algunos pasajes recuerdan a la Fantasia en Do menor K 475 de Mozart.

Movimiento segundo. Andante sostenuto

El segundo movimiento, Andante sostenuto, dura entre 8 y 9 minutos. Comienza y termina lenta y silenciosamente y transmite mucha paz.

Es una de las páginas más bellas de toda la música clásica. En contra de lo esperable tras el movimiento inicial, vuelve a reincidir, abunda y ahonda en la tristeza, tragedia y belleza del primer movimiento. Podría bien ser música para un funeral. Es un movimiento triste que recuerda en algunos pasajes a Beethoven.

Hay un cambio de tema aprox a los 2,30 minutos muy bonito por hímnico que recuerda a los Impromptus de Schubert. Tras el mismo se vuelve al tema inicial, lento, triste y fúnebre.

Alfred Einstein dejó dicho sobre este movimiento que es una música que rezuma "despedida y transfiguración. El clímax y apoteósis del lirismo musical de Schubert".

Movimiento tercero. Scherzo: Allegro vivace con delicatezza – Trio

El tercer movimiento es un Scherzo - Allegro vivace con delicatezza de unos 4,30 minutos de duración.

Rompe con la languidez en que te sumen los dos primeros movimientos de la Sonata 960. Sus notas rápidas evocan el despertar de un sueño con alegres y rápidas sucesiones de notas. Bien podría tratarse de una bandada alocada de pájaros en una fresca mañana soleada de primavera.

Movimiento cuarto. Allegro ma non troppo – Presto

El cuarto movimiento, Allegro ma non troppo - Presto, dura unos 10 minutos.

Tras una introducción trepidante y rápida con una mano izquierda muy Mozartiana, se introduce una parte forte al estilo de la Sonata para piano nº 17 de Beethoven (Tempestad) sobre el minuto 3.

Para Maurice J.E. Brown (1906-1975), musicólogo británico y destacada autoridad en Franz Schubert, "el segundo movimiento, con su serenidad y el final son parejos en grandeza con el primer movimiento, por lo que podemos premiar a esta última sonata como la mejor que Schubert compuso".

Opinión de su biógrafo

En su biografía sobre Schubert, Marcel Schneider (1913–2009) declara sobre la última sonata para piano del austríaco, a dos meses de su muerte, que "así como ese mismo año de 1828 logró finalmente extender el canto a las dimensiones de la sinfonía, con su Gran sinfonía en Do, también logró hacer de su última sonata una especie de canto continuo, ilimitado, tan largo, tan variado, tan denso, al mismo tiempo tan particular y tan general que da la impresión de infinito".

Sonata para piano D960 de Schubert

  • D958, D959, D960
  • Diabelli 1839
  • Johann N.Hummel
  • Marcel Schneider

Mejores grabaciones de la Sonata para piano nº 21

Se han atrevido con esta Sonata en Si bemol mayor intérpretes como Eif Ove Andsnes pianista, Sviatoslav Richter (4 grabaciones), María Joáo Pires, Vladimir Horowitz, Evgeny Kissin, Arthur Rubinstein (dos grabaciones), Artur Schnabel, Alfred Brendel, Mitsuko Uchida, Stephen Kovacevich, Daniel Barenboim, Maurizio Pollini o Krystian Zimerman.

Decidir cuál de ellas reproduce con mayor fidelidad los deseos de Franz Peter en la partitura es muy difícil y depende de cada cual. Autores tan autorizados como Glenn Gould dijeron al respecto de la interpretación de Richter:

I had never had the patience for Schubert and what I construed as his repetitious and colossal rhetoric: but when I witnessed Richter in performance of the already-lengthy B-flat Sonata, played even more slowly, I realized – in a trance, a hypnotic state – that my prejudice against Schubert’s repetitions had transformed to see something thoroughly organic. Richter came to represent that artist who creates the illusion that he serves as a ‘conduit’ for the composer as he relates directly to the listener.

En este video de You Tube de Pearl Acustics, el presentador comenta con bastante criterio las distintas grabaciones de 5 maestros, movimiento a movimiento: Leif Ove Andsnes, Sviatoslav Richter, Maria Joao Pires, Mitsuko Uchida y Stephen Kovacevich.

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