Fantasía en Do menor k 475 de Mozart
Esta Fantasía tiene una estructura en 4 movimientos que se suceden uno tras otro, sin solución de continuidad, a lo largo de sus aproximados 13 minutos de duración.
Estos 4 movimientos y sus duraciones estimadas son:
- Adagio (5:30 minutos)
- Allegro (1:37 minutos)
- Andantino (1:37 minutos)
- Piu Allegro (2:10 minutos)
Adagio
El Adagio, escrito en Do menor, comienza con un precioso movimiento introductorio a base de unas primeras notas lentas y pausadas a lo largo de los cinco primeros compases seguidas por el clásico acompañamiento de la mano izquierda mozartiano a partir del sexto compás, repitiendo el tema inicial, pero esta vez con la mano izquierda mientras la derecha acompaña con preciosas notas contrastantes.
Este movimiento, el más largo de los cuatro, transita por pasajes lentos y preciosos, amables al oído, pero difíciles de apreciar si eres nuevo en Mozart. Culmina con unas notas que preceden a Allegro sobre el minuto 5:30
Allegro
El Allegro es vibrante y enérgico, con una mano izquierda que marca la notación y una derecha que acompaña y establece una conversación en unos pasajes muy difíciles de interpretar para el pianista por la rapidez y complejidad de la sucesión de notas ascendentes y descendentes.
A lo largo de sus apenas 1:37 minutos la partitura viaja por varias escalas difícilmente apreciables para el oído novel (La menor, Sol menor, Fa mayor y Fa menor).
Son pasajes que anticipan al primer Beethoven (Ludwig contaba con 15 años el año de lanzamiento de la Fantasía en Do menor de Mozart).
Andantino
El Andantino en Si bemol mayor apacigua el tono de la pieza de nuevo tras el vibrante Allegro. Y de alguna manera anticipa y prepara el desenlace que nos trae el Piu Allegro con bonitos y líricos pasajes de notas.
Los últimos pasajes de notas que ligan con el Piu Allegro son increíbles.
Piu Allegro
Finalmente, el Piu Allegro en Sol menor que cierra la Fantasía en Do menor, es vibrante y sobrenatural, presentando a un Mozart maduro y con un dominio musical al alcance de pocos. De nuevo algunos pasajes anticipan a la libertad creativa de las Sonatas para piano de Beethoven.
Tras el ajetreado primer tiempo de este movimiento, el tema vuelve en su desenlace a las notas iniciales del Adagio de apertura, pero con una vuelta a la tonalidad tónica de apertura (Do menor) que te lleva a otra galaxia en sus últimos pasajes de cierre (y que dan paso a la Sonata en Do menor k 457 que se suele interpretar justo tras la Fantasía al estar en la misma tonalidad).
Las rapidísimas escalas del compás de cierre son soberbias y te dejan atónito, con ganas de más.
Increíble Mozart.