Si hay una pieza musical alegre y festiva por antonomasia dentro de la música de mecenazgo del XVIII, esa es la Serenata, una composición de acompañamiento para expresar la felicidad de un momento especial en la vida del mecenas. La Serenata Haffner, Kv 250 de Mozart (número 7 de sus serenatas) es una composición que cumple con magnificencia su cometido de agradar los deseos de la familia Haffner, grandes mecenas del austríaco.
Serenata Haffner
Contexto histórico
Mozart, con 20 años, depende considerablemente del mecenazgo y encargos que recibe de sus protectores. El mecenas es un acaudalado miembor de la nobleza, estudioso amante de la música, toca algún instrumento con mayor o menor suerte y en su admiración por el compositor clásico, le encarga trabajos para su asueto o para eventos familiares.
A cambio del estipendio, el compositor logra sobrevivir, aunque siempre al albur de la situación económica del mecenas que lo protege.
El estreno
Corría la tarde del 20 de julio de 1776 cuando en el pabellón del Jardín de Loreto de la acaudalada familia austríaca Haffner de Salzburgo, la orquesta comenzó a interpretar una pieza musical vibrante y jovial. Al frente de la orquesta, al violín, se dice que estuvo el mismo Wolfgang, tal era su amistad y unión con su mecenas, Sigmund Haffner.
El compositor, Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791) había recibido el encargo de preparar una Serenata del mecenas Sigmund Haffner con motivo de la boda de su hija, Marie Elisabeth Haffner con Franz Xaver Spath de Salzburgo. Y aquella noche era la víspera de la boda, que simbolizaba la unión de dos de las familias más pudientes de Austria gracias a sus actividades empresariales mayoristas.
La pieza musical fue precedida por una Marcha que daba paso al recinto a los músicos, y que en aquella ocasión fue la Marcha en Re mayor KV 249 de Mozart. Por eso, estas dos composiciones musicales suelen ir juntas en cualquier grabación o interpretación.
Importancia de la obra
La serenata fue de tal calidad musical, que su estreno y condena a ser olvidada y no apreciada entre la conversación y ruido de vajillas de la víspera del enlace Haffner-Spath, avivaron el ingenio de Mozart.
Junto con su padre Leopold reutilizaron cinco de los 8 movimientos sin violín solo en una Sinfonía en Re mayor a la que se le agregó una parte para timbales y que no llevó número de Köchel.
Esta sinfonía no debe confundirse con la posterior Sinfonía n.° 35, K. 385 de “Haffner”, que fue compuesta específicamente entre julio y agosto de 1782 para su amigo Sigmund Haffner junior, con motivo de su presentación a la realeza. También se basa en una serenata, pero una obra completamente diferente a la que sonó para la boda de Haffner y Späth.