Polonesas de Chopin

Quien no haya escuchado sus composiciones interpretadas por él mismo nunca tendrá idea de cómo la inspiración más pura puede ser llevada en alas del genio (Sophie Léo)
Romanticismo
Chopin (1810-1849)
  • Polonez
  • Op. 26, nº 1
  • Op. 40, nº 1 y 2
  • Op. 53 Heroica
Polonia Cracovia Kraków (Jacek Dylag Unsplash)
Listz sobre la Op. 44: "En las páginas de los mayores compositores no hemos visto nada análogo a la impresión producida por este pasaje, interrumpido bruscamente por una escena campestre, por una mazurca"

De todos los músicos románticos, Chopin es uno de los más líricos y agradables al oído. Sin embargo, ya lo he comentado en otras entradas, cuando abordas su integral de nocturnos, mazurkas o polonesas, corres el riesgo de aburrirte por su linealidad tras escuchar cuatro o cinco de estas obras para piano. Las polonesas de Chopin no están exentas de esta crítica. Pero tampoco las compuso pensando en su ejecución continua, todo hay que decirlo.

A pesar de ser muchas de ellas obras maestras super tarareables cuando las has escuchado unas veces, mi recomendación es escuchar unas pocas y cambiar de tercio para poder valorar en su justa medida su gran calidad musical y lirismo.

A pesar de que fue Chopin quien elevó el listón musical de este género musical, antes y después del polaco también se compusieron polonesas. Telemann, Handel, Mozart, Beethoven, Listz o Mussorgsky cuentan con polonesas en su haber.

Pero en esta entrada nos vamos a centrar en las Polonesas del músico polaco, que son las más representativas del género. Y te elijo las más populares y agradables de escuchar con la ayuda de Vladimir Ashkenazy (1937)

La polonesa: danza y música

Una polonesa es un tipo de marcha moderada y solemne con un ritmo ternario, que en el piano de Chopin cobra una gran belleza musical.

La polonesa (polonaise en francés, polonez en su país de origen) es una pieza musical breve que se inspira en las danzas y cantos cortesanos polacos de los siglos XVII al XIX.

La danza de la polonesa se aborda en parejas que cruzan el salón de baile palaciego con pasos deslizantes y una ligera flexión de rodillas en cada tercer paso.

En Chopin, las polonesas son una mezcla de elaborada técnica pianística y proclamación patriótica tras siglos de ocupaciones de Polonia, desde el Este y del Oeste. Es decir, una mezcla de "virtuosismo que expresa el drama interior" del compositor.

Polonesas de Chopin

Las Polonesas de Frédéric Chopin (1810-1849) son una de las piezas más características del género.

Chopin compuso al menos 23 polonesas a lo largo de su corta vida (no olvidemos que murió de tuberculosis frisando la cuarentena). La primera de ellas en 1817 a los siete años y la última, la Polonesa Fantasia en 1847, dos años antes de fallecer.

La mayoría de ellas se compusieron para el piano específicamente. Pero otras fueron originariamente orquestadas (las polonesas Andante spianato y la Grande Polonaise brillante Op. 22 en Mi bemol mayor). O pensadas para piano y violoncelo (Introducción y polonesa brillante Op. 3 en Do mayor).

De todas ellas, sólo 7 se editaron en vida del compositor polaco, algunas otras lo fueron de forma póstuma y otras tantos se perdieron sin rastro.

En esta entrada de Wikipedia puedes consultar la relación completa de Polonesas de Chopin.

7 Polonesas de Chopin interpretadas por Vladimir Ashkenazy (Polonaises Op. 26.1 y 2, Op. 40.1 y 2, Op. 44, Op. 53 y Op. 61)

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Mejores polonesas de Chopin

Si tuviera que elegir las mejores Polonesas de Chopin, o recomendar a una persona que se inicia en la música clásica, la selección de Ashkenazy de aquí arriba puede valer perfectamente. Y sin el riesgo ya mencionado de caer en la rutina o aburrimiento.

Polonesas Op. 26, números 1 y 2

Estas piezas fueron escritas en 1834-1835 y dedicadas al influyente músico austríaco Joseph Dessauer (1798-1876), amigo personal de Chopin y George Sand así como de tantos otros músicos en la Viena de su época (Rossini, Schubert, Berlioz, Mendelssohn y Liszt).

Ambas fueron publicadas en 1836 en Paris por Schlesinger y en Leipzig por Breitkopf und Härtel.

La polonesa en Do sostenido menor Op. 26 nº 1 (Allegro appassionato) es muy impactante desde sus primeros compases. Tiene una duración de unos siete minutos.

Tras el tema inicial, que se repite dos veces, siguen compases más libres del piano que también se repiten, para dar con una parte central (minuto 2,40 aprox) realmente bella por lírica, que recuerda a las baladas del maestro polaco). Luego de repetir el tema central varias veces se vuelve al tema inicial de forma brillante para cerrar la pieza con marcialidad.

Por su parte, la polonesa en Mi bemol menor, Op. 26 nº 2 (Maestoso) tiene un comienzo lento que se va precipitando entre cascadas de notas. Al igual que su predecesora, el tema inicial se repite varias veces para dar paso a un tema más difuso y vuelta, de nuevo al tema inicial.

Es una obra más compleja y difícil de entender para el oído no acostumbrado por sus cambios drásticos de tempo y el recurso continuo al crescendo y al riteniendo.

Polonesas Op. 40, 1 y 2

Las Op. 40 1 y 2 son polonesas compuestas en octubre de 1838 (la primera) y entre 1838 y 1839 la segunda.

La polonesa en La mayor, Op. 40.1 (Allegro con brio), conocida como Polonesa militar, dura unos 5 minutos según el intérprete. Se dedicó al polaco Jules Ignace Fontana (1810-1869), amigo y albacea musical de Chopin.

Es una de las mejores polonesas por su paso marcial (de ahí el apodo de "militar") y lo pegadiza que es. El tema de apertura se escucha dos veces, seguido de un segundo tema con la misma cadencia marcial. A continuación, sobre el minuto 3 sigue un tema muy pegadizo que se repite varias veces.

Esta polonesa recuerda a las Tres marchas militares de Schubert op. 51, D. 733 para piano a 4 manos.

La polonesa en Do menor, Op. 40.2 (Allegro maestoso), no tiene dedicatario conocido y dura unos 6,40 minutos según el intérprete.

El comienzo es más calmo que en la militar precedente y es más difícil asociarla con el género de la polonesa por sus distintos temas donde se parece olvidar el ritmo característico del género original. Es una polonesa más lánguida y, tal vez, aburrida que su precedente, más animosa y marcial para el espíritu del oyente.

Polonesa Op. 44

La polonesa en Fa sostenido menor, Op. 44, Polonesa Trágica, fue compuesta en 184o, publicada en París en 1841 y dedicada a la Princesa Charles de Beauveau (de soltera Ludmila Komar).

Es una de las mejores del género por su riqueza musical, por su duración titánica de casi diez minutos y por su innovación poco ortodoxa sobre el género original. Pero también es difícil de entender en su plenitud para quien se inicie en la música clásica.

En su tema central se produce un sorprendente salto del género polonés a la mazurka (tempo di mazurka). Listz comenta al respecto que "... en las páginas de los mayores compositores no hemos visto nada análogo a la impresión producida por este pasaje, interrumpido bruscamente por una escena campestre, por una mazurca de un estilo idílico, que tiene la fragancia de la menta y del orégano".

Polonesa Op. 53

La polonesa en La bemol mayor, Op. 53, Polonesa Heróica (Maestoso) fue compuesta en 1842 y dedicada al potentado banquero August Léo (1793-1859). amigo y protector de varios músicos de la época, incluido Frédéric Chopin.

Es una de las polonesas más populares y espectaculares. De las más interpretadas en el repertorio internacional.

Una de las hijas de Auguste, Sophie Léo escribió en sus memorias sobre el músico tras una de sus frecuentes visitas al salón familiar en la rue de la Chaussée d’Antin:

“Quien no conoció a Chopin nunca podrá imaginar un ser similar, ni el entusiasmo al que puede elevarse el alma incluso antes de ser liberada de su coraza terrenal. Quien no haya escuchado sus composiciones interpretadas por él mismo nunca tendrá idea de cómo la inspiración más pura puede ser llevada en alas del genio, sin importar el uso, el elogio o la censura. Él era simplemente él, ciertamente el primero, probablemente para siempre el único de su especie.” (Wikipedia).

Polonesa Op. 61

La polonesa en La bemol mayor, Op. 61, Polonesa-Fantasia (Allegro maestoso) se escribió en 1845-1846. Está dedicada a Mme. A. Veyret

Se trata de una pieza extraña al género de la polonesa (al menos al que nos tenía acostumbrado el propio Frédéric), con un desarrollo totalmente distinto y una complejidad armónica intrincada.

Pero no hay que olvidar que, como toda Fantasia, es una interpretación totalmente libre por parte del autor, aunque siempre sujeta a un poco de orden.

Polonesas de Chopin

  • Polonez
  • Op. 26, nº 1
  • Op. 40, nº 1 y 2
  • Op. 53 Heroica

Polonesas de Listz

¿Sabías que Franz Liszt (1811-1886) también incursionó en el género de la polonesa?

El compositor austríaco compuso a mediados del sXIX dos polonesas al estilo chopiniano con el número de obra S 223.

La primera de ellas, la Polonaise mélancolique nº 1 en Do menor (1850) es una rareza musical. Tal vez sus escasas grabaciones y menores interpretaciones en el repertorio se deban a su dificultad y poca empatía al oído.

Sin embargo, la polonesa nº 2 en Mi mayor (Allegro pomposo con brio) tiene una mayor acogida en la crítica, que la asemeja con las Op. 40/1 y 2, o las Op 44, 53 y 61 del polaco.

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